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Mostrando entradas de septiembre, 2014

El corazón delator

Edgar Allan Poe ,  El corazón delator

El derecho a la fiesta

Este pueblo necesita diversiones, pero no espectáculos. No ha menester que el gobierno le divierta, pero sí que le deje divertirse. En los pocos días, en las breves horas que puede destinar a su solaz y recreo, él buscará, él inventará sus entretenimientos; basta que se le dé libertad y protección para disfrutarlos. Un día de fiesta claro y sereno en que pueda libremente pasear, correr, tirar a la barra, jugar a la pelota, al tejuelo, a los bolos, merendar, beber, bailar y triscar por el campo, llenará todos sus deseos y le ofrecerá la diversión y el placer más cumplidos. ¡A tan poca costa se puede divertir a un pueblo, por grande y numeroso que sea! Sin embargo, ¿cómo es posible que la mayor parte de los pueblos de España no se divierten en manera alguna? Cualquiera que haya corrido nuestras provincias habrá hecho muchas veces esta dolorosa observación. En los días más solemnes, en vez de la alegría y bullicio que debieran anunciar el contento de sus moradores, reina en las cal

La coma

              El Banco de Santander está llevando a cabo una campaña de publicidad en la que aparecen las fotografías de hombres o mujeres (supuestos clientes de la entidad), acompañadas de un texto que reza así: «Gracias Isabel por hacernos el mejor del mundo». No sabemos qué controles ha pasado esta campaña, pero está mal escrita. El texto debería decir: «Gracias, Isabel, por hacernos el mejor del mundo». Isabel va entre comas porque se trata de un vocativo. Es posible que el redactor del texto no supiera utilizar las comas, pero también que las haya suprimido por ese rechazo absurdo que el mundo de la publicidad tiene hacia los signos ortográficos. Hace años, también en una campaña de publicidad, Telefónica, que era una empresa esdrújula, devino en Telefonica, una organización llana. Le arrebataron la tilde a una firma que debía todo a las matildes. ¿Pero qué tienen ustedes contra los acentos, contra las comas, contra el lenguaje en general? José Antonio Millán ha publicado un