Por Vicente Aupí Uno de los recuerdos típicos que guarda la gente de su infancia es el del agradable olor a tierra mojada después de una tormenta de verano. Es uno de esos olores que nuestra memoria parece archivar para siempre y que reviven cada cierto tiempo para evocar algunas de nuestras más entrañables vivencias, como sucede con el pan recién horneado o con la fragancia de algunos perfumes, que podemos identificar fácilmente incluso después de varios años sin percibirlos. En la canícula huele a tierra mojada muchas tardes, cuando tras una mañana soleada los cumulonimbus , las grandes nubes de desarrollo vertical, descargan chaparrones inesperados que remueven la tierra seca. En ella hay una sustancia llamada geosmina , que al mojarse con la lluvia impregna el ambiente de ese característico olor que todos conocemos. Lo más curioso, que desconoce mucha gente, es que la geosmina es producida por una bacteria, la Streptomyces coelicolor , microorganismo bi...
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